viernes, 11 de octubre de 2013

Crea tu propia historia.

 Son las nueve de la noche, ya está oscuro. Paso la página de mi libro favorito, leo con rapidez y paso a la siguiente. Devoro las palabras como si cada una de ellas fuera la última. Llego al final de aquella historia tan maravillosa, un final que no me esperaba, sorprendente, de los que te dejan con ganas de más. En los libros siempre ocurre una contradicción: No queremos terminarlos porque no continuarán pero, a la vez, es imposible parar esas ganas de leer y saber cómo acaba. Cierro el libro, lo dejo en la cama, me levanto de un salto e intento peinar este pelo rebelde. Después, cojo mi reproductor de música con los auriculares y salgo a la calle. Respiro hondo y sonrío. Soy feliz. No me ha ocurrido nada en especial, simplemente, lo soy.  Hoy en día, las personas alegres y sonrientes están en peligro de extinción. Aunque las cosas nos vayan mal, no puedes acostarte sin haber sonreído una sola vez en todo el día. Empiezo mi camino sin ningún rumbo fijo, mientras voy tarareando y paseando al ritmo de las canciones que sólo yo puedo escuchar. Hoy hay bastante gente en las calles de la ciudad. La luna llena está preciosa, nos observa y sonríe, con su dulce rostro. Ilumina nuestro camino y hace que todo parezca especial. Observo. Me gusta imaginar la vida de las personas que encuentro a mi alrededor, por un instante. Algunas regresan del trabajo, serias y pensativas. Otras se van de fiesta, perfectamente arregladas y maquilladas. Aquellos de allí seguro que no se ven desde hace mucho tiempo, se están dando uno de esos abrazos ahogadores que te dejan sin respiración. Por aquí viene un grupo de extranjeros, mirando impresionados este increíble lugar, les sonrío y sigo andando. A mi derecha pasan una pareja de ancianos enamorados, cogidos de la mano y, con la otra, sujetan sus viejos bastones. Desprenden tal juventud y energía que me hacen sonreír. Me gustaría estar así a su edad. Puede que muchos también se imaginen mi vida al verme pasar. Me paro en seco. Pienso. ¿Sabes lo que voy a hacer? Voy a crear mi propia historia. 

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