domingo, 12 de enero de 2014

Capítulo 11: Prefiero la libertad.

 Pasó una semana desde que conocí a aquel chico tan majo. La comida la iba comprando en un supermercado, no muy lejos del callejón, pero cada vez me iba quedando menos dinero. Sólo compraba pan, una botella de agua, y algún alimento. Con esto intentaba aguantar el máximo tiempo posible. Aunque tuviera mucha hambre, los mordiscos o sorbos que daba eran pequeños. Poco a poco, me fui encontrando algunos objetos como mantas, un cojín viejo y un colchón pequeño, pudiendo tirar, por fin, aquel frío y fino cartón. Me sentí la persona más afortunada del planeta cuando encontré todas estas cosas. Cosas viejas de las que la gente se cansa, no les gustan o se han roto un poco pero que, para otras personas, poder tenerlas es otro mundo. En esa semana, de vez en cuando, iba a aquel parque para ver si veía a Hugo, pero no estaba. Me desilusioné. ¿Y si me había equivocado y no lo volvía a ver? Qué fallo, tendría que haber hablado más con él y no hacerme la interesante yéndome. Aunque bueno, nunca hay que perder la esperanza.

 El lugar donde me encontraba era un pueblo. No había cabras ni nada de eso. Había supermercados, parques, tiendas, muchas casas con una fachada preciosa, coches alucinantes y, aún así, era pequeñito y acogedor. Desde que me escapé, dos meses atrás, me había estado cruzando con las mismas personas hasta que ya se hicieron rostros conocidos. Me gustaba imaginar sus vidas y nombres, en un segundo. Alguna que otra me saludaba por el camino, y yo le correspondía pero sólo con un “hola”. Prefería que nadie me preguntara ni supiera nada de mi vida. No quería darles pena, ni que me ofrecieran un hogar para vivir y, ni mucho menos, que llamaran a la policía para que me llevaran de vuelta al orfanato. Que me acogieran en una casa, con personas que me mirasen raro o que sintieran lástima por mí, era algo que no soportaba. Prefería la libertad, ir aprendiendo de la vida por mí misma, cometiendo errores y sabiendo sobrevivir a la dura realidad. Si conseguía esto, en el futuro, nada podría derrumbarme. 

 (Aunque Nathalie así pensara, no se imaginaba lo que el futuro le depararía. La vida da muchas vueltas y siempre te intenta poner a prueba, en el momento menos esperado).


No hay comentarios:

Publicar un comentario