domingo, 14 de septiembre de 2014

La única manera de llegar al cielo.

Llaman a la puerta y eres tú. Hacía muchísimo tiempo que no te veía o te abrazaba, pero no me dices nada, sólo me sonríes y tiendes la mano. No sé muy bien a dónde me llevas pero me dejo guiar por ti. Me tapas los ojos y, cuando los abro, estamos en ese lugar que siempre he soñado ir desde pequeña. Ese lugar que tantas y tantas veces te pedí visitar pero no pudimos, nos faltó tiempo. Emocionada, me pongo a saltar de alegría y te vuelvo a abrazar. Respiro tu peculiar perfume, ya un poco olvidado por el paso del tiempo pero imborrable. Te miro a los ojos y permanece ese brillo que siempre has tenido. Tu sonrisa aparece, haciéndome sentir que nada ha cambiado, que aunque tuviste que marcharte nos seguimos queriendo y que nunca nos hemos olvidado. Porque la ausencia no hace el olvido, ni el olvido supera a los recuerdos. Suena nuestra canción favorita y, esta vez, soy yo la que te tiende la mano para bailar. Algunos que otros pisotones se enredan entre la melodía al principio, pero poco a poco nos vamos convirtiendo en dos profesionales que se han olvidado del mundo y se dejan llevar el uno por el otro. Echo la cabeza hacia atrás, disfrutando de este momento, mientras giramos y giramos hasta soltarnos de la mano y caer al vacío. No siento dolor, no hay herida… Pero ya no veo nada, todo está oscuro, no te veo.

Despierto sobresaltada en mi cama, con un remolino de sentimientos; feliz porque te he vuelto a ver pero triste porque te has vuelto a marchar. Un bonito sueño con un triste despertar. Vuelvo a tumbarme y cierro los ojos con fuerza, apretando los puños bajo la almohada para sentirte cerca otra vez pero no funciona. Desisto y miro hacia el techo, como si pudiera darme alguna solución. Está alto, intocable desde el suelo, pero si cojo unas escaleras o me subo encima de la cama y empiezo a saltar cada vez más alto, conseguiré tocarlo con la punta de los dedos. Si quiero ver a esa persona que está en el cielo, me dejaré sorprender. Puede que por la noche consiga verle si lo deseo con todo mi corazón, porque sólo cuando alguien se va allí arriba se sabe lo que significa el amor verdadero. Al cielo no puedo llegar con unas escaleras o saltando con todas mis fuerzas, pero sé un secreto. El secreto es que la única manera de llegar al cielo, sin tener que morir, es soñando.

Un pequeño paréntesis.

El 15 de Septiembre empiezo los estudios; instituto, personas, profesores, ambiente y lugar nuevo. Siempre da algo de miedo salir de la rutina y enfrentarse a lo desconocido, pero no hay mejor sensación que la de poder empezar de cero. No se debe pensar en que va a ir mal, que nos encontraremos solos o en cosas negativas, sino que se debe entrar por la puerta con una sonrisa, eliminar los inevitables nervios y pensar en que todo irá genial, porque así será. 
A causa de los estudios, supongo que como todos, tendré el blog un poco abandonado. No sé si mi próximo escrito llegará mañana, pasado mañana o en una semana, pero te aseguro que no abandonaré esto. Aunque no tenga tiempo para poder publicar, os seguiré leyendo, comentando y respondiendo a lo que queráis. Seguiré estando aquí. Puede que sea muy repetitiva, pero tengo que dar las gracias a todos los que formáis parte de la blogosfera, a los lectores, a los que me habéis comentado y seguido en todo momento y a los que me apoyaron para crear este blog.
Puede que suena a despedida, pero todo esto es un “hasta luego”.


Y aquí te dejo los mensajes que he intentado transmitir en todos mis escritos:
  1. Nada es imposible si lo intentas
  2. Busca siempre el lado positivo de las cosas.
  3. Disfruta de los pequeños pero grandes detalles que te brinde la vida.
  4. No esperes a que una estrella fugaz realice tu sueño, da todo de ti hasta alcanzarlo.
  5. Si alguien te dice que no puedes hacer algo, demuéstrale que se equivoca.
  6. Haz que en cada uno de tus días el sol brille más que en cualquier otra parte.
  7. No busques algo que sea fácil, busca algo que te haga feliz.
  8. Cuando quieres lo que tienes, tienes todo lo que quieres.
  9. Los pequeños gestos son los que llegan al corazón.
  10. Las alegrías llegan cuando menos las esperas.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Premio Very Inspiring Blogger Award.

 He sido nominada al premio Blogger muy inspirador. Son esos blogs que te han puesto la piel de gallina, que te han sacado una lágrima o que te han hecho sonreír cuando tu día estaba gris. Muchísimas gracias a +Zenia Unel por ello, ya que siempre es un placer recibir premios o nominaciones del estilo que sea. De esta manera, sabes que hay personas que siguen leyéndote y a las que les gusta tu blog. Es una magnífica manera para ayudarnos y motivarnos los unos a los otros en el mundo bloggero. 

 Las normas son las siguientes:
1. Agradecer y seguir al blog que te nominó.
2. Enumerar siete cosas sobre ti.
3. Nominar entre cinco y quince blogs.

 1.- Como se podrá observar en mis escritos, siempre intento ver el lado positivo de las cosas, tanto en el amor, la muerte, el entorno y en todas las diversas situaciones.

 2.- Soy una persona a la que le cuesta mucho enfadarse. Siempre tengo una sonrisa en el rostro para quien la necesite.

 3.- Me encanta dar abrazos, te hacen saber que hay alguien que te quiere, que está ahí y te protege. Me encanta reír pero, sobre todo, hacer reír a los de mi alrededor.

 4.- He tenido más de sesenta libros en casa. Me llaman más la atención los que contienen más de 150 páginas que los que son finitos.

 5.- Me considero una persona afortunada en todos los aspectos; la familia, el amor y las amistades. Todos y cada uno de ellos me han hecho ser quien soy, me han hecho ser feliz.

 6.- Desde pequeña hasta el día de hoy he tenido muchos sueños, pero ahora sólo quiero que se cumpla un único y nuevo deseo, tarde el tiempo que tarde. Quiero crear y publicar un libro, mi libro.

 7.- Como ya sabrás, empecé a escribir en Octubre de 2013. Jamás hubiera imaginado que tendría la capacidad de crear textos con sentido de más de 5 líneas y ahora me veo escribiendo relatos, historias, una novela corta… Todo el mundo del blog, la escritura y los concursos literarios serán algo que nunca olvidaré. Puede que por muchísimas circunstancias deje de escribir durante un tiempo (espero que no), pero jamás borraré de mis recuerdos los momentos tan bonitos y alegrías que me han dado mis lectores, porque ellos son los protagonistas de cada una de mis historias. Puedo decir que la escritura me hace sentir yo misma, me hace saber quién soy.

 Todos los blogs que he visitado y leído me han hecho sentir muchísimas cosas. Pienso que todos los que escribimos en un blog deberíamos tener este premio, porque ninguno es más que otro. Así que por qué no, si estás leyendo esto y tienes un blog es para ti, puedes publicarlo (no olvides mencionarme para poder leerlo y comentar). ¡Felicidades! 
Un abrazo muy fuerte.


martes, 2 de septiembre de 2014

Yo te cuidaré.

Era sábado, en una noche de otoño. El cielo amenazaba con algunas nubes grises. El canal de meteorología había anunciado que, a partir de ese día, las lluvias ocuparían gran parte del país. Echaba de menos el sol. El reloj marcaba las nueve y mis suspiros emitían aburrimiento. Opté por salir a dar un paseo antes de que las gotas de lluvia se desprendieran de las nubes y mi madre me dio un paraguas, por si acaso. Las calles estaban tranquilas, sólo se escuchaba el sonido de mis zapatos al andar. Decidí encaminarme por un recorrido distinto al habitual. No tenía prisa, no tenía un lugar fijo al que ir, sólo quería despejarme de la rutina. En aquel instante, unas pequeñas gotas empezaron a caer desde el cielo, aunque no abrí el paraguas. Me gustaba sentir que cada una de ellas era diferente aunque parecieran iguales. Cuando miré más allá, vi entre las sombras algo que destacaba en la acera por la que yo iba. No se movía, no sabía si era un objeto, persona o animal. Indecisa, decidí cruzarme a la de enfrente y evitar cualquier peligro ya que me encontraba sola en la calle. Cuando mi posición estaba paralela ante aquel misterio, la curiosidad se apoderó de mí y crucé lentamente, ya que vi que no era una persona sino un pequeño animal. Cuando estaba muy cerca de él, la pena me invadió. Era un perrito abandonado, triste, sin ganas de nada. Me miraba con una mezcla entre miedo, desconfianza y, a la vez, serenidad. Me senté lentamente al lado suyo, no muy cerca por temor a que fuera agresivo, pero se le notaba que era todo lo contrario. Cuando un coche pasó, las luces de sus faros lo iluminaron fugazmente. Era precioso, su altura no llegaría a la de mis rodillas. Tenía un color negro azabache, estaba descuidado y algo desnutrido. La lluvia, que en ese momento caía más fuerte, lo estaba empapando pero no le importaba, quizás estuviera acostumbrado. Situaciones así me destrozaban el corazón. No era feo, viejo ni agresivo, sino todo lo opuesto. Y, aún así, si fuera todo eso, qué más daría. Hay muchos remedios para conseguir amaestrar a un perro, pero lo que nunca se debería hacer sería llegar al maltrato o al abandono. Abrí el paraguas, no para mí, sino para él. Me miraba extrañado, notando que no tenía intención de marcharme y, en un segundo, se tumbó a mi lado poniendo su cabeza sobre mis piernas. De pronto, una lágrima sincera salió de mí y lo acaricié, percibiendo su alegría. Una alegría por recibir cariño de alguien desconocido. El paraguas ya no lo tapaba sólo a él, sino a los dos, unidos y vinculados por un sentimiento de afecto. Tras pensármelo detenidamente, supe que no había problema y le dije “yo te cuidare”. Y juro que, en ese mismo instante, el sol apareció sólo para nosotros dos.


Una joven.

El sol le acaricia el rostro con su suave calidez. Se va asomando tímidamente entre los edificios que se sitúan frente al suyo. Un rayo se adentra a través de la ventana y juega con la palma de su mano, sintiendo su calor. Poco a poco, ese rayito de luz desaparece y va ascendiendo hacia el cielo. Esa pequeña sensación de paz, día tras día, va llenando su vida. Es una joven que siempre verá en los insignificantes detalles la felicidad. Una lectora que prefiere detenerse en un punto o coma para respirar y guardar cada momento dentro de sí, sin prisas a lo que vendrá próximamente, amando cada gesto, palabra, abrazo o beso. En cualquier lugar, fecha u hora llegará un adiós, pero cuando menos lo espere aparecerá un nuevo "hola". Llora, por supuesto, pero sabe que después de esas lágrimas vendrá una resplandeciente sonrisa. Sí, siempre habrá problemas en esta caótica vida pero, tarde o temprano, la solución se presentará. No es fácil ser una persona optimista, sin embargo nunca dejará de serlo. Si hay una pregunta difícil la respuesta llegará por sí sola. En ocasiones tropieza y le cuesta levantarse, pero lo hace. Si tiene un sueño, no se lo pide a una estrella, sino que pone todo su esfuerzo y empeño hasta conseguirlo. Deja que la vida le sorprenda y, a veces, la vida es sorprendida por ella. Es una joven que no quiere algo que sea fácil, quiere algo que la haga feliz.


Ser imparable.

Demuestra que se equivocaban, que eres capaz de lograr lo inimaginable, que no tienes límites, que tu fortaleza y constancia son únicas, que aunque caigas siempre volverás a levantarte, que tu corazón, a pesar de todo, es irrompible y tu sonrisa imborrable. Aunque lo más importante es que demuestres que no hace falta mostrar nada a los demás para ser quien uno es, para ser imparable.