sábado, 24 de enero de 2015

Una llamada.

Aquel viernes era como otro cualquiera. Ella observaba la lluvia caer a través de su ventana, reflexionando sobre quién sabe qué. Las 22:00 se aproximaban en el reloj. De pronto, algo la sacó de sus musarañas. Le estaban llamando al móvil insistentemente desde un número privado. Dudosa y, a la vez, curiosa, descolgó. Una agradable voz de hombre, de las que gusta escuchar por radio, le empezó a contar. "Buenas noches, usted participó en nuestro concurso literario a través de e-mail. Como ya sabe, trataba en enviar cartas que transmitiesen el mayor sentimiento posible y usted envió cuatro, si mal no recuerdo. Pues bien, una de esas cuatro cartas le ha dejado finalista, en primera o segunda posición, entre cientos de personas de toda España. Mañana anunciaremos por radio en qué lugar se encuentra. Muchas gracias por participar y enhorabuena". "¿Qué? ¿Cómo? ¿Esto es de verdad? ¡Es increíble!" pensó ella. Soltó un pequeño grito repleto de euforia y empezó a saltar sobre su cama, como aquella niña pequeña que un día fue, sintiendo que podía tocar el techo, el cielo.

Esa chica era de las que no se rendían en perseguir lo que de verdad le gustaba, no desistía en el mundo literario. Su sueño era escribir un libro, pero un sueño más cercano era quedar finalista en un concurso literario. Inesperadamente ese se cumplió en un par de segundos, en un día de lo más corriente haciéndolo inolvidable, al igual que las palabras de aquel señor. A veces, cuando todo parece de lo más normal y aburrido, llega algo que le enciende la chispa al día y cambia de color. Esa chica no buscaba conseguir premios, su objetivo siempre fue sacar sonrisas a los demás con sus letras y palabras. Sí, esa chica soy yo.

El hecho de llegar hasta ahí, sin haber tenido a alguien que me enseñase en el precioso mundo de la escritura, es algo fascinante. Quede en la posición que quede, ya me siento ganadora conmigo misma, porque este gran empujón me ayudará a ser imparable con mis objetivos y sueños.

Cuanto menos crees que te mereces algo o cuando piensas que lo que deseas es imposible, lo consigues. La humildad es la clave del éxito.

Gracias por seguir y estar ahí siempre. ¡Os informaré!

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